lunes, 29 de septiembre de 2008
Y finalmente ella.. era un ángel.
Y al suspirar su boca
rompía en mariposas el aire,
y sus pestañas eran tibias caricias
que amanecían en mi piel cada mañana.
Recuerdo el olor de su cuello
y el tacto de sus manos
cuando entre luces el crepúsculo
nos acunaba en sus brazos de luna.
Le apretaba fuerte contra mi pecho
y besaba la sal de sus ojos
que escapaba surcando mares y tormentas
sobre su tez de terciopelo.
Mi niña susurrandome al oído
canciones y cuentos infinitos
de hadas y princesas.
Mi pequeñita que dormía sin saber
que mi cuerpo era su escudo
que mis plumas no planeaban
porque ella era la luz
que me hacia volar sin alas.
.. como el crepitar de las hojas
de un otoño cansado y vahído.
como cuando no basta el aliento
para apagar una vela
que incendia una mirada..
la vi desvanecerse tras el cristal embarrado
de una nube de estaño que reflejaba
el adiós de sus manos
en un charco de metal.
.. mis lágrimas, eran cortinas de plata
incapaces de esconder el desánimo tras la batalla.
mi cuerpo mullido y hueco,
era aún el refugio donde encubrirnos
tras el próximo encuentro.
hoy la vi de nuevo,
sus ojos, su esencia, su retina impregnada
de miedos y fantasmas.
hoy, la vi.. la vi de nuevo..
y cuando me acerqué a acariciarla..
entendí que había sido sólo un sueño..
que ella era.. que sólo podía ser..
un ángel..
un ángel en mi ventana.