
La dejé marchar y ella se fué.
pensé que volvería pero nunca regresó.
me quedé sentado en el pantalán donde la vi la última vez.
vulnerable, frágil, ausente.
encorvada por los recuerdos.
Sonreía y me gritaba desde lo lejos que la esperara.
Yo sacudía mi mano y la brisa devoraba con prisa los dias, los sueños..
las promesas que fueron
nuestra vida
y
nuestra muerte.
Han pasado muchas lunas y el dolor me hace daño.
todavía.. sigo aqui.
inmóvil, inquieto, perdido.
Las gaviotas remueven el cielo con sus alas
y en las nubes dibujo su mirada.
(Me pregunto cómo he podido vivir todo este tiempo
sin ella)
y revuelvo los recuerdos en mi alma
intentando recordar su sonrisa.
todavía es pronto, es pronto para rendirse y morir.
El mar se agita fuerte y siento miedo.
quisiera lanzarme hacia este abismo que me absorbe,
arrojarme al vacío y saltar,
cabalgar entre las olas para mecer su cuerpo de espuma,
para buscarle en el sonido del mar.
su voz se enrosca en mi memoria
como una caracola entre mis manos.
su olor me devora hasta asfixarme sin piedad.
y ahora.. ya no se..
ya no me acuerdo..
no consigo recordar
si ella dijo que esperara
o soñé que volvería.